En la obra de Toni Richarte, pintura y parkour dialogan como lenguajes que exploran la libertad, la ruptura de límites y la precisión del gesto. Desde la infancia, ambos mundos han moldeado su manera de percibir y habitar el espacio: la pintura, como impulso primario de creación; el parkour, como disciplina que exige observación, adaptación y un compromiso radical con el movimiento.
Esta práctica física, con su rigor técnico y su constante desafío a lo establecido, impregna su pintura de una estética que nace de la repetición, la precisión y la atención a las texturas y luces del entorno. En cada obra, el color y la forma se convierten en metáforas del salto medido, de la superación paciente y consciente.
Actualmente, Richarte amplía su lenguaje visual hacia formatos de gran escala, intensificando su concepto de expansión y generando obras que invitan a la inmersión total. La exposición Expansión Lineal reúne piezas que condensan cuatro años de evolución técnica y vital, articulando un recorrido entre pasado, presente y futuro, y proponiendo al espectador un proceso de transformación personal.
En el marco de La Casa Cuadrada, el artista encuentra un espacio fértil para la proyección de su obra. Desde este entorno rural —donde afirma que la creatividad florece con mayor pureza—, Richarte abraza un contexto colaborativo que potencia el arte como fuerza transformadora y auténtica.